viernes, 2 de septiembre de 2016

El final del verano

Escribo ahora mismo desde Santander, Caballerizas de la Península de la Magdalena. Hoy ha acabado el curso "Introducción a la crítica textual", celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y que comenzó el pasado lunes. Algún día explicaré por aquí qué es eso de la crítica textual, algo que voy a necesitar dominar con urgencia para trabajar en mi proyecto de tesis. Tesis, por otra parte, que volverá a darme guerra desde el lunes que viene: las vacaciones acaban, y entre playas y conferencias voy quemando las últimas horas en Santander, con las pilas recargadas. Por ahora, escucho Café Quijano (perfecto para las tardes calurosas de verano, con sabor latino)

¿Qué heterónimo elijo?

Ha sido un agosto intenso, que se ha pasado volando. Viajes por Portugal, Europa continental y el norte de España. Desconexión total: no he tocado ni un artículo, ni un libro, ni un documento Word hasta esta semana. Más me valía, después de un julio con jaleos de papeleo de los que mejor no hablaré. Y el regreso al "negocio" no ha sido tan difícil: estos días han venido bien para recuperar las ganas. Sobre todo esta última semana: un curso que solo puedo definir como sobresaliente. Por los completísimos contenidos, la cercanía y simpatía (y la profesionalidad, aunque eso era de esperar) de los profesores, y por los fantásticos compañeros con los que he compartido las sesiones y los largos debates sobre nuestras investigaciones y centros de trabajo. Y los cafés que resucitan a mediodía, y las cañas pre-cena, y los paseos por la playa, y la fiesta de despedida, y los dibujitos de Futurama... 

Que no todo va a ser academia, coñe. 


Haciendo amigos en tierras bárbaras.

La Ozores manda recuerdos. 
Toca ahora regresar a Fernán González: este segundo año planeo editar las dos comedias sobre las que realizaré el estudio para la tesis. No será un mal año: de buenas a primeras, ya hay algunos congresos aceptados, el CICLE está a la vuelta de la esquina, hay algunas publicaciones que saldrán muy pronto. Poquito a poco se hace camino. Café Quijano se pregunta "¿Dónde está Raquel?", y más vale que vaya terminando esta entrada del diario. El lunes, más; mejor, ya se verá: no será por falta de ganas. 

Lo bueno que tiene la Filología es que siempre nos permite volver a vernos. Hasta la próxima, compañeros de la UIMP.

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