martes, 24 de mayo de 2016

Comunicación: Bartolomé José Gallardo en el Congreso Internacional de Lingüística General



Ayer comenzó, en la Universidad de Alcalá de Henares, el XII Congreso Internacional de Lingüística General. Mañana concluirá, dando cierre a un programa completísimo, en el que tienen cabida prácticamente todas las disciplinas que conforman la los estudios sobre Lingüística: en estos tres días, en él se habrán presentado comunicaciones y ponencias plenarias sobre Fonética y Fonología, Morfología, Sintaxis, Lexicología, Semántica, Análisis del discurso, Pragmática, Dialectología, Sociolingüística, Lingüística cognitiva, Lingüísica histórica, Lingüística aplicada, Teoría Lingüística e Historiografía Lingüística. 

Dentro de este último campo presentaré la comunicación "Liberales y absolutistas en torno al concepto de uso lingüístico. La polémica sobre los Cuatro palmetazos de Bartolomé José Gallardo". De vez en cuanto no viene mal dejar aparcada la literatura para entrar en la historia de la Lingüística, y más aún si es recuperando una de las figuras más importantes de la filología extremeña. Gallardo, sin duda conocido para nuestros estudiantes de Bachillerato, fue una de las personalidades más importantes de la política de su tiempo, diputado en Cortes, liberal hasta la médula y perseguido por los absolutistas; también, uno de los estudiosos de nuestra lengua y literatura más fértiles, aunque lamentablemente buena parte de su obra se perdió en vida del autor, durante una de sus huidas de la persecución absolutista; e igualmente fue uno de los polemistas más pendencieros, quejicosos e insistentes de todo el siglo XIX (un Pérez-Reverte de la época, me atrevo a decir). Un hombre de mentalidad dieciochesca, en un siglo de cambios: un hombre de transición.

En su folleto Cuatro palmetazos, realiza una prodigiosa argumentación lingüística en contra de las opiniones en este campo escritas por un puñado de gaceteros absolutistas. Estos no tardaron en responder, con enorme violencia. Sobre todo, en torno a una cuestión: ¿las normas de la lengua, las marca el uso que hace el pueblo de la lengua, o esas normas tienen que seguir el buen gusto y los usos de autores de prestigio? Es un debate que sigue hoy en día presente, y que me interesa recuperar en este folleto por una razón: Gallardo defiende que el uso marca la norma; los absolutistas, lo contrario, porque admitir que el uso popular marca la norma implicaría aceptar una postura cercana al liberalismo que ellos tanto detestan. Política y Lingüística se dan de la mano, con resultados nada científicos. Pero hay que recuperar estos episodios de nuestra historia. Mañana rendiré cuentas ante Gallardo. No será la única actividad de una semana bastante ajetreada... 

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